La amistad es un alma que habita en dos cuerpos; un corazón que habita en dos almas.
El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona.
El sabio no dice todo lo que piensa, pero siempre piensa todo lo que dice.
La esperanza es el sueño del hombre despierto.
No basta decir solamente la verdad, mas conviene mostrar la causa de la falsedad.
Considero más valiente al que conquista sus deseos que al que conquista a sus enemigos, ya que la victoria más dura es la victoria sobre uno mismo.
Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo.
Lo que con mucho trabajo se adquiere, más se ama.
La inteligencia consiste no sólo en el conocimiento, sino también en la destreza de aplicar los conocimientos en la práctica.
Algunos creen que para ser amigos basta con querer, como si para estar sano bastara con desear la salud.
Piensa como piensan los sabios, mas habla como habla la gente sencilla.
La sabiduría es un adorno en la prosperidad y un refugio en la adversidad.
Un amigo fiel es un alma en dos cuerpos.
No se puede ser y no ser algo al mismo tiempo y bajo el mismo aspecto.
Es de importancia para quien desee alcanzar una certeza en su investigación, el saber dudar a tiempo.
La amistad perfecta es la de los buenos y de aquellos que se asemejan por la virtud. Ellos se desean mutuamente el bien en el mismo sentido.
El amigo de todo el mundo no es un amigo.
Nunca se alcanza la verdad total, ni nunca se está totalmente alejado de ella.
Se piensa que lo justo es lo igual, y así es; pero no para todos, sino para los iguales. Se piensa por el contrario que lo justo es lo desigual, y así es, pero no para todos, sino para los desiguales.
El hombre solitario es una bestia o un dios.
El amor sólo se da entre personas virtuosas
Sólo hay felicidad donde hay virtud y esfuerzo serio, pues la vida no es un juego.
La verdadera felicidad consiste en hacer el bien.
El amigo es otro yo. Sin amistad el hombre no puede ser feliz.
Es ignorancia no saber distinguir entre lo que necesita demostración y lo que no la necesita.
Adquirir desde jóvenes tales o cuales hábitos no tiene poca importancia: tiene una importancia absoluta.
Es preciso preferir la soberanía de la ley a la de uno de los ciudadanos.
No se puede desatar un nudo sin saber cómo está hecho.
En las adversidades sale a la luz la virtud.
El castigo del embustero es no ser creído, aun cuando diga la verdad.
El alma es aquello por lo que vivimos, sentimos y pensamos.
Es un principio indiscutible que para saber mandar bien, es preciso saber obedecer.
Un estado es gobernado mejor por un hombre bueno que por unas buenas leyes.
Tiempo es la medida del movimiento entre dos instantes.
Saber es acordarse.
El que posee las nociones más exactas sobre las causas de las cosas y es capaz de dar perfecta cuenta de ellas en su enseñanza, es más sabio que todos los demás en cualquier otra ciencia.
Los que obran bien son los únicos que pueden aspirar en la vida a la felicidad.
La única verdad es la realidad.
Avaro es el que no gasta en lo que debe, ni lo que debe, ni cuando debe.
Así como los ojos de los murciélagos se ofuscan a la luz del día, de la misma manera a la inteligencia de nuestra alma la ofuscan las cosas evidentes.
Sólo hay una fuerza motriz: el deseo.
Se quiere más aquello que se ha conseguido con muchas fatigas.
La historia cuenta lo que sucedió; la poesía lo que debía suceder.
La virtud es una disposición voluntaria adquirida, que consiste en un término medio entre dos extremos malos, el uno por exceso y el otro por defecto.
Los dialécticos y los sofistas, en sus disquisiciones, se revisten de la apariencia de filósofos.
Nuestro carácter es el resultado de nuestra conducta.
La finalidad del arte es dar cuerpo a la esencia secreta de las cosas, no el copiar su apariencia.
Los sabios tienen las mismas ventajas sobre los ignorantes que los vivos sobre los muertos.
En realidad vivir como hombre significa elegir un blanco -honor, gloria, riqueza, cultura- y apuntar hacia él con toda la conducta, pues no ordenar la vida a un fin es señal de gran necedad.
El único Estado estable es aquel en que todos los ciudadanos son iguales ante la ley.
Si fue Aristóteles nada más y nada menos el que las dijo, pero seguro que en alguna estás en desacuerdo. O al menos tenés otra que sea más cercana a tu pensamiento.
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